TEÓFILO CASTILLO
GUASH
(1857-1922)
Nació en Carhuaz, Ancash, el 2 de Octubre de 1857.
A los 4 años es traído a Lima y estudio en el seminario de Santo Toribio. Ya joven sigue sus estudios en Europa, hasta 1885.
Así lo había aconsejado su profesor de dibujo, el cubano Boudat, al padre de Castillo. Visita Francia, Italia y Bélgica; hace
copias en Museos y bocetos. En 1889 pasa por Buenos Aires donde se casa con la española María Gaubeka y vive allí haciendo
pintura y fotografía. Vuelve al Perú en 1905 con prestigio y obra hecha, abre su taller y su academia en la Quinta Heeren.
Es el primero en traer al Perú la fotografía iluminada. Todavía va a España en 1908 pues quiere nuevamente ver a Fortuny.
De regreso, expone en la Biblioteca Nacional y comienza su actividad de pintor y crítico de arte. Las Tradiciones de Ricardo
Palma inspiran su obra y dirige artística mente las revistas Prisma, Ilustración
Peruana, Variedades y colabora en Actualidades,
siendo muy importante su papel de crítico severo, recto y de investigador del
arte nacional. Promueve entonces la fundación de la Escuela Nacional de Bellas Artes.
Castillo viajo fuera del pais (se cree
que por diferencias con Daniel Hernández), y se marcha a Tucumán en 1920 y dirigió la revista Sol y Nieve,
que fundó en Tucumán, en donde falleció el 7 de Diciembre de 1922.
Sus principales obras son las que se refieren a
la vida colonial del Perú: “Ël pleito de las calesas”, “La Procesión”, “La Visita”, “El
Satao”, “La puerta de Torre Tagle”, “La toma del Coricancha”, etc.
La influencia de Fortuny es visible en su obra,
pero lo es mas la de Ricardo Palma. Castillo es el pintor de una vida que pasa levemente, como suspendida entre bellas arquitecturas
sobre un país que permanece distante y desconocido.
Dibujante de fina percepción y uno de los mejores
críticos de arte de su época, es el pintor limeño por excelencia. Pinto con cariño y con dominio de técnica, de tendencia
impresionista, legándonos bellos cuadros evocativos de nuestro pasado incaico y virreinal.